Se llama Fabián Cousteau y es nieto del conocido biólogo Jacques-Yves Cousteau. Su objetivo consiste en permanecer 31 días sumergido en un laboratorio subacuático para superar por un día el récord establecido por su familiar el mar Rojo hace medio siglo. En ese tiempo investigará los efectos en el cuerpo humano tras un extenso periodo bajo el mar y estudiará la contaminación marina. El espacio de alojamiento será de 13 metros de longitud, con 6 literas, baño y acceso a Internet.
La misión que comienza hoy, se sitúa en los Cayos de Florida. Durante un mes, el laboratorio Aquarius será su nuevo espacio de trabajo y residencia. El hombre de 46 años, se educó en la vida marítima con su familia a bordo de los barcos de su abuelo, Calypso y Alcyone. “El beneficio es que el patio trasero es infinito“, ha explicado.
Del conjunto de laboratorios subacuáticos existentes, la gran mayoría han ido desapareciendo por sus elevados costes, siendo el de Fabián el único superviviente que prosigue operativo. Los ojos de buey le permiten visualizar las profundidades en su máximo esplendor. El hombre no vivirá solo, pues lo acompañan un equipo de investigadores y realizadores de proyectores documentales.