El inicio del Mundial de Brasil es inmediato, a un día de su inauguración las fuerzas armadas del estado se despliegan por las ciudades, más que por miedo a un ataque terrorista, por las constantes manifestaciones sociales en contra del evento deportivo. Simulacros de ataques, tanto químicos como de radiaciones, procesos de descontaminación o simulaciones de evacuaciones de heridos, se han convertido en los últimos días en la parte complementaria del Mundial.
Militares en cada esquina, en parques, estadios y aeropuertos. Bomberos, agentes policiales, así como personal de la Armada Brasileña, Fuerzas del Aire y la Marina están en alerta permanente para controlar la seguridad en la XX edición de la Copa Mundial de Fútbol que se extenderá hasta el 13 de julio, consolidándose como la segunda vez que se celebra en este país, desde 1950.
En 2007, la FIFA designó a Brasil como el estado que acogería el certamen deportivo en 2014. La competición se desarrolla tras concluir las o ligas europeas de fútbol más destacadas, mientras se produce el invierno en la zona subtropical. Será la primera vez en un Mundial de Fútbol, que se emplea el balón inteligente para esclarecer las jugadas con dudas, determinando si el balón traspasó la línea de gol.