El país de la libertades, de la ‘verdad nos hará libres’, de la democracia, la casa del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, defiende todos esos derechos, como el de la libertad de prensa, cuando va a favor de sus interese, cuando no es así, o envía a los ciudadanos a la cárcel, o los obliga a exiliarse- como le ha pasado a Snowden- o los condena a refugiarse en una embajada.
Este es el caso del fundador de WikiLeaks, quien ha asegurado que la protección que le brinda Ecuador ha “disuadido” la persecución de Estados Unidos y de sus aliados a la que estaba sometido.
“Acciones como las que el Gobierno ecuatoriano ha tomado, de protegerme, proporcionan una disuasión importante para peores elementos que podrían proceder en este caso”, ha señalado Julian Assange, en un mensaje enviado a la agencia de noticias ecuatoriana ANDES, cuando se cumplen dos años desde que tuvo que refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres.
El periodista, de 42 años, reconoce que la situación “es muy difícil” tanto para él como para sus hijos, aunque ha dado las gracias “al Gobierno de Ecuador y a su pueblo” por haberle dado la posibilidad de seguir trabajando, aunque sea en esas circunstancias.
El fundador de WikiLeaks considera que su envío a Suecia no sería más que “una escala” antes de su entrega a Estados Unidos, donde según él podría ser condenado a muerte o cadena perpetua por haber difundido en 2010 cientos de miles de cables diplomáticos confidenciales y documentos de Washington sobre las guerras en Irak y Afganistán.