Médicos Sin Fronteras (MSF) ha dado la voz de alarma por el “número alarmante de muertes”, por desnutrición y enfermedades que pueden prevenirse, que se están produciendo entre los 45.000 desplazados por la violencia refugiados en la base de la ONU en Bentiu, en Sudán del Sur.
Según los informes realizados por MSF, por lo menos tres niños menores de 5 años mueren cada día dentro de las áreas de Protección de Civiles de Bentiu, la capital del estado de Unidad, donde persiste la violencia y donde además en las últimas semanas se han producido inundaciones.
La mayoría de muertes se deben a dierrea acuosa, neumonía y desnutrición, afecciones que se asocian a las duras condiciones de vida, explica la organización, después de que en los dos últimos meses se hayan multiplicado por diez los civiles que se han refugiado en la base de la ONU. Las inundaciones han dejado además a la zona sin suficiente agua limpia ni servicios de saneamiento.
“Todas estas personas vinieron en busca de seguridad y protección, pero lo que se han encontrado aquí son unas condiciones de vida deplorables”, ha lamentado Nora Echaibi, responsable del equipo sanitario de uno de los hospitales de MSF en la zona. “Las cosas están empeorando día tras día. El campo se está convirtiendo en una zona catastrófica a una velocidad de vértigo”, ha advertido.