La organización introducía ilegalmente a inmigrantes norteafricanos en Europa. La inmigración irregular accedía a los países mediante la falsificación de pasaportes robados a residentes de Holanda, Bélgica, Francia y Alemania, modificados en un laboratorio de Bruselas.
El principal responsable de la banda era de Argelia con residencia en Holanda, punto centralizador de las operaciones. Las solicitudes de asilo que incluían datos de filiación y fotografías, se trasladaban por intermediarios en Marruecos y España. El coste de cada pasaporte ascendía de los 8.000 a los 10.000 euros. Las ganancias se destinaban al tráfico drogas y delitos contra la propiedad industrial.
En la operación se han detenido 8 personas de origen argelino y marroquí. La mitad de los arrestos sucedieron en España, dos en Holanda y dos en Marruecos. En los registros se incautó telefonía móvil, equipos informáticos, un pasaporte falsificado de nacionalidad alemana, 7.000 euros en efectivo y sustancias estupefacientes. En la investigación colaboró un operativo conjunto de agentes de Holanda, Bélgica y Marruecos, así como los servicio policiales de Málaga, Melilla, Algeciras y Ceuta.