Un empresario millonario, Ted Stanley, ofreció 482 millones de euros para la investigación de las enfermedades mentales, que desde los años 50 no habían creado nuevos fármacos en el sector. Esta cuantía supone la mayor donación de la historia para el análisis de las enfermedades psiquiátricas, según el Instituto Broad del MIT y Harvard.
El motivo reside en una cuestión familiar, a su hijo Jonathan con 19 años, le diagnosticaron un trastorno bipolar grave. El joven consiguió curarse por el empleo del litio, que permite combatir los desórdenes psiquiátricos desde 1949. Tras su mejoría, su padre decidió efectuar la donación para mejorar este ámbito de la ciencia.
En relación a enfermedades mentales como la esquizofrenia, los investigadores indican que se comparten factores de riesgo genético, relacionando el sistema inmune con la aparición de esta enfermedad. Un estudio, expone la misma situación en el autismo, observando que parte del riesgo genético se vincula con mutaciones comunes.