Estaban de celebración en la localidad mallorquina de Bunyola, se trataba de la fiesta de los Quintos pero en la madrugada sucedió la tragedia. Un joven de 18 años murió electrocutado, al apoyarse en una farola cuyas conexiones estaban defectuosas, cuando se disponía a orinar. Las maniobras de reanimación no lograron salvar su vida, el joven había fallecido en el acto.
A las 03:30 horas tuvo lugar el levantamiento del cuerpo sin vida. En Bunyola, las fiestas han sido suspendidas a causa del trágico suceso. Un psicólogo atendió a los conocidos de la víctima, que en octubre celebraba su próximo cumpleaños, los 19.
Desde el Ayuntamiento han expresado su pesar por el fallecimiento del joven, transmitiendo “su más sincero pésame a la familia por tan fatal pérdida“, ofreciendo “todos los medios técnicos y humanos” desde la institución a la familia del joven, según informa el Diario de Mallorca.