El informe Planeta Vivo, elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), ha registrado una caída de la fauna salvaje en un 52%, desde 1970 a 2010. La mayor parte de los animales desaparecidos vivían en zonas tropicales de América Latina. Entre las especies más perjudicadas según su hábitat, se encuentran los seres de agua dulce con una caída del 76%, y los animales terrestres junto a las especies marinas, con un -39%, en cada caso.
Entre las causas del declive, se posiciona en primer lugar, la explotación de los animales, seguido de la degradación y la pérdida del hábitat, el cambio climático, las especies invasoras, la contaminación y las enfermedades. El informe advierte que los animales en mayor peligro de extinción son el elefante africano; Baiji o el delfín del río chino; y el ave marina, Albatros. Además, el escrito indica que la principal causa de este descenso es el impacto creado por el ser humano, con acciones como la pesca y la caza furtiva, la tala de árboles o la emisión incontrolada de CO2, responsable del cambio climático y de la extinción de ciertas especies.
Respecto a la huella ecológica, los recursos del planeta se consumen más rápido y en mayor cantidad, en comparación con la capacidad de regeneración de la Tierra. En las tasas más elevadas se sitúan Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Dinamarca y Bélgica; España, se encuentra en el puesto 40. En la actualidad, necesitaríamos un planeta y medio para poder satisfacer las demandas humanas.