Igual que aquí, sí. El Gobierno sueco ha llegado a un acuerdo con el Partido de la Izquierda para limitar los beneficios de las empresas que proporcionen servicios públicos como salud o educación.
La falta de regulación ha impulsado en las últimas décadas la inversión privada en negocios educativos, sanitarios o de asistencia, muchos de ellos gestionados por sociedades de inversión.
Sin embargo, una serie de escándalos ha hecho aumentar los llamamientos para que intervengan las autoridades. Los socialdemócratas prometieron en campaña que acabarían con la “fiebre del oro” en servicios básicos.
“Necesitamos poner en orden nuestro sistema de bienestar y vamos a asegurarnos de ello”, dijo el primer ministro Lofven en rueda de prensa. La nueva normativa obligará a las empresas a reinvertir gran parte de sus beneficios en los propios negocios. “Algunas sociedades de inversión probablemente tendrán hipo hoy al conocer que ya no podrán enriquecerse gracias al sistema del bienestar”.
De los casi 600.000 millones de coronas (66.000 millones de euros) que el Estado sueco gastó en servicios de asistencia y educación en 2012, en torno a un 15 % fue a parar a firmas privadas, según los datos oficiales.