La madrugada del próximo domingo, día 26, los relojes se atrasarán una hora y a las 3horas volverán a ser las 2 y, de paso, se pondrá fin al horario de verano. Esto, que se hace todos los años, es para cumplir la una Directiva Europea del ‘Cambio de hora’ que pretende favorecer el ahorro energético.
Aunque esta medida empezó a ser aplicada por algunos países en 1974- en la llamada ‘crisis del petróleo’- para aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación, se aprobó como directiva de la UE en 1981 y se ha renovado desde entonces.
El Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético calcula que el ahorro en iluminación podría suponer un 5 %, lo que equivaldría a 300 millones de euros según los precios vigentes, además, afirma, tiene impactos positivos sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.