El Juzgado Social número 3 de Vigo ha estimado la demanda de Beatriz Figueroa y le ha reconocido la incapacidad permanente en grado de total para su profesión habitual con efectos a 4 de septiembre de 2013 reconociéndole el derecho a la pensión correspondiente.
En septiembre 2013, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) había desestimado la incapacidad en dos ocasiones -septiembre 2011 y en septiembre cuando le dio el alta enviándola a al paro-. Como ella dice en esas ocasiones prevaleció más sus esperanzas de curarse y recuperarse pronto que su condición de abogada. Y esto es lo que pretende hacer entender a otros enfermos, “siempre hay que luchar por nuestros derechos mientras tengamos vida”.
Beatriz lleva año y medio librando una lucha tan titánica como la de su propia enfermedad para que a los enfermos de cáncer se les reconozca de oficio la incapacidad permanente durante el tiempo que necesiten para curarse y recuperarse. Reivindicación que llevó hasta el Congreso de los Diputados como proposición de Ley presentada por el BNG respaldada por más de 500.000 firmas pero que el pasado mes de octubre el Partido Popular impidió que siguiera adelante su tramitación aunque tenía el apoyo de toda la mayoría.
Como ella misma ha comunicado, el juez ha considerado que sus padecimientos no le impiden por completo el desempeño de toda clase de trabajos pero si tienen virtualidad suficiente para impedirle la realización de todas o las fundamentales tareas de su profesión habitual.
Beatriz Figueroa, estaba en el paro cuando fue diagnosticada de cáncer en marzo del 2011 y como licenciada en derecho, especializada en rama económico-empresarial, ejercía los últimos años de gerente y responsable de recursos humanos en sociedades limitadas.
Al contrario que el INSS, que el 5 de septiembre de 2013 resolvió denegar a Beatriz la prestación, por no alcanzar las lesiones que padecía en un grado suficiente de disminución para ser constitutivas de incapacidad permanente, la juez consideró que esas lesiones causan limitaciones en relación con las tareas que integran su profesión habitual, que requieren capacidad de concentración para desarrollar su actividad con un grado de productividad y eficacia.
En la sentencia se reconocen todos los efectos secundarios de los tratamientos -quimioterapia, hormonoterapia durante años- para la curación de una grave enfermad, un carcinoma como el padecido por Beatriz, como astenia intensa, dolores constantes como mialgias y artralgias tratados en la unidad del dolor pero no siempre efectivos así como la necesidad de una nueva intervención quirúrgica, “la tercera desde la demanda hasta la celebración de la vista”.
Beatriz que percibe desde hace más de tres años la “tarifa plana” de 426 €, primero del INSS y ahora del INEM, vería incrementada su prestación en 120,00 € y pasaría percibir aproximadamente 550 €, pero vería reconocida su condición de enferma y como pensionista su aportación en medicamentos se vería reducida del 40% al 10%.