Un ciudadano chino fue detenido y metido en prisión después de que la policía descubriese que había robado 2.000 sujetadores a las vecinas del edificio en el que vive, en Guangxi, al sur de China. El hombre aprovechaba la cercanía a los tenderos para sustraer día tras día las prendas que se encontraban colgadas en ellos, acumulándolas y guardándolas en un falso techo como si fueran un tesoro.
Ante la desaparición diaria de los mismos, las vecinas decidieron alertar a la policía, quien procedió a realizar una investigación para encontrar al responsable. Hasta el momento, y a falta de conocer las declaraciones del hombre en cuestión, aún no se ha determinado el motivo exacto que le ha llevado a cometer este delito.