Este viernes, en el cementerio de San Amaro de A Coruña, se han exhumado, por segunda vez, lo que deberían ser los restos del bebé que el matrimonio formado por María Jesús Loureda y Francisco Bernedo, creen que les fue robado en septiembre de 1977, cuando ella dio a luz en el Sanatorio Belén de aquella ciudad.
La primera exhumación se realizó en abril de 2013, después de que los padres consiguiesen, por primera vez en Galicia, que un juez autorizase la misma para investigar un supuesto caso de bebé robado. Entonces el encargado de supervisar el proceso fue Jaume Buj, director del laboratorio Neodiagnóstica –que no pudo determinar, tras el análisis del ADN, si el bebé era hijo o no del matrimonio– en esta ocasión, el Juzgado de Instrucción número 5 de A Coruña aceptó que se realizase una nueva exhumación, “amparándose en un informe de la Policía Científica en el que manifiesta tener medios técnicos superiores a los del laboratorio privado”.
Según los padres, que no descartaron que en lugar de un niño hubiesen podido quitarles a gemelos, María Jesús fue anestesiada “de modo general y durante casi cuatro días permaneció sedada”. Tras el parto, sostienen, el médico le dijo, primero, que la niña estaba mal y se “le negó” al abuelo materno verla y, cuando llegó el padre, le informaron de que había muerto.