El informe pericial elaborado por los expertos de QBE, la aseguradora de responsabilidad civil de Renfe Operadora, ha llegado a la conclusión de la evaluación de riesgos realizada por Adif durante la construcción de la línea Ourense-Santiago, en la que se produjo el accidente de Angrois, “presenta graves deficiencias”.
Los expertos concluyen que la evaluación de riesgos por parte del administrador de infraestructuras ferroviarias “no cumple” con la norma EN 50126 ni con el reglamento MCS. Además, los peritos indican que “tampoco se mantuvo el procedimiento de gestión de riesgos exigido por la normativa de aplicación tras la puesta en servicio de la línea”, en la cual descarriló el Alvia, el 24 de julio de 2013, causando la muerte a 81 personas y heridas a más de 100.
En los informes uno de los expertos advierte de que había deficiencias en la señalización de la curva de A Grandeira y otro concluye que si el sistema de control de velocidades ERTMS llegase hasta la estación de Santiago el accidente no se habría producido.