No queda nada de nada de la chica que protagonizó ‘Cuando Harry encontró a Sally’, ‘El chip prodigioso’ o ‘French Kiss’. Aquella Meg Ryan natural se ha transformado en un pegote de ojos pequeños, sin expresión alguna.
Estos días ha enseñado en París cómo se ha ensañado con ella el bisturí y…para nada: no es que no aparente los 53 años que tiene, es que se ha quedado hecha una muñeca chochona que parece la suegra de alguien.
Tras el cambio de aspecto de René Zellweger, la nueva cara de Meg Ryan demuestra que es mucho más digno envejecer con dignidad que acabar oyendo “¿y esa señora quién es?”.