Eso es lo que parece, leyendo el comunicado que ha difundido el Ministerio del Interior en el que se dice que Fernández, el ministro, puso como condición para recibir a su amigo Rodrigo Rato que no se hablase de temas judiciales.
Fernández y el ex vicepresidente, imputado e investigado por diferentes casos de corrupción- como la salida a Bolsa de Bankia, el uso de las tarjetas black o el balnqueo de capitales, entre otros- trataron un “tema personal” que nada tenía que ver con la situación judicial en la que está quien fuera compañero de gobierno de Mariano Rajoy.
Interior indica que Fernández accedió a recibir- el pasado 22 de julio, durante una hora- al ex director del Fondo Monetario a la vista del “carácter exclusivamente personal de la petición”. Además, el ministerio justifica que la reunión se concertase en el despacho de Fernández mejor que en un restaurante.
Por último, el ministerio reitera que “las investigaciones a las que está sometido el señor Rato las están dirigiendo la autoridad judicial, la Fiscalía Anticorrupción y la Unidad de Inteligencia Financiera (UNIF) de la Agencia Tributaria”, no la Guardia Civil o la Policía, que sí dependen de Fernández.