Esta martes, el presidente del Gobierno de Galicia ha asegurado en Vigo que las denuncias del nuevo hospital las han hecho “algunos profesionales y algunos pacientes”, ha enfatizado que su gobierno garantiza la seguridad de los enfermos y ha repetido que el Álvaro Cunqueiro es público y “propiedad del Servizo Galego de Saúde (Sergas) y, por tanto, de los ciudadanos de Vigo y de su área sanitaria”.
Sin embargo, la realidad desmiente al presidente Feijóo. Según los acuerdos firmados entre su administración y la Unión Temporal de Empresas (UTE), formada por Acciona, Puentes y Calzadas, Concessia y Altair, que han creado la ‘Sociedade Concesionaria do novo Hospital de Vigo S.A.”, constructora del Álcaro Cunqueiro, la verdad es que el papel del Sergas es, esencialmente, el de alquilado, al menos durante los próximos 20 años.
Hasta 2035, tendremos que pagar un canon anual a esta empresa de 68 millones de euros- ‘alquiler’ por el uso del inmueble que debe revisarse cada año-, lo que significa que abonaremos un total de 1.360 millones de euros en ese plazo-al margen de las revisiones anuales-.
Esta concesionaria asume, además y cobrando por ello, la gestión los servicios de limpieza, lavandería, cocina, seguridad, transporte de ropa, mantenimiento, esterilización, cafetería, máquinas de vending, servicios de conexión a Televisión, Radio e Internet– que cuestan 13,3 € cada dos días-gestión energética, jardinería, informática, gestión de residuos, además de poder explotar una guardería para los hijos del personal, una peluquería y hacerse cargo de la recogida y entrega de: muestras biológicas, petición de pruebas, correo interno, envases hemodinámicos, medicación de farmacia, carros de medicación, material procedente o con destino a esterilización o documentos para su destrucción. Además de ello, el acuerdo con el Gobierno de Galicia le otorga la gestión de la totalidad de los servicios no clínicos de los otros hospitales de la ciudad: Meixoeiro, Nicolás Peña y el anexo al Xeral, cuando pase a ser Centro de Atención Primaria.
A mayores, la concesionaria es la gestora del parking del nuevo hospital, cuyos precios ha fijado en 1,86 €/hora, sin ningún descuento, hasta la fecha, para pacientes crónicos, y con unos bonos de 20 € para cinco días, 30 € para 10 días o 60 € para un mes, eso sí, sin reserva de plaza de aparcamiento, de manera que es posible que quien haya comprado dichos bonos llegue al Álvaro Cunqueiro y se encuentre que no puede estacionar.
Esto supone, en el día a día, que la empresa concesionaria es la ‘dueña’ de este parking, decide qué comida se sirve, cómo se lavan los pijamas o sábanas, de qué manera esteriliza el material médico, controla la gestión informática, asume la limpieza y el tratamiento de los residuos y, además, al ser la responsable del transporte de pruebas biológicas, dado que el nuevo hospital carecerá de un Laboratorio Central– que de momento, está en el Xeral mientras no se acabe el del Meixoeiro- también cobrará por llevar las mismas para su análisis desde el nuevo hospital al Meixoeiro.
Todo ello significa que el presidente Feijóo ha firmado un acuerdo mediante el cual a cada uno de los 600.000 ciudadanos del Área Sanitaria de Vigo le corresponde pagar unos 2.300 € por la construcción del Álvaro Cunqueiro– a los que habrá que sumar el coste de todos los servicios que asume la concesionaria; al mismo tiempo, los enfermos -y sus familias-, tendrán que pagar, si pueden, por aparcar, por ver la televisión, escuchar la radio, conectarse a Internet y hasta por el agua para la comida, si deciden no hacer caso al gerente del Área Sanitaria de Vigo, y renuncia a coger ésta del grifo del baño, como ha recomendado el doctor Ruibal…como si fuese lo más higiénico y salubre coger el agua para beber de un lavabo usado por personas que están enfermas.