É a segunda vítima de hoxe nas estradas de Galicia
Leer másTraslado al nuevo hospital:todo mentiras
Fotografías: Tresyuno Comunicación/Los responsables del Servizo Galego de Saúde (SERGAS), la conselleira y el gerente del Área Sanitaria de Vigo, Félix Ruibal,no han dicho una sola verdad sobre el traslado al nuevo hospital. Esto han denunciado durante una comparecencia de más de 2 horas, ante los medios de comunicación, trabajadores de Radiología, Anatomía Patológica, Hematología, Obstetricia, Cardiología, Oncología, Anatomía Patológica, del Laboratorio y de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Álvaro Cunqueiro.
Lo que el presidente del Gobierno de Galicia, la conselleira de Sanidade y el gerente del Área Sanitaria de Vigo llaman “pequeños desarreglos” son, en realidad, un desastre de servicio de cardiología donde hay monitores que deben de intercambiarse entre pacientes, porque no funcionan; salas sin ventilación y sin medidas mínimas de seguridad en las que se almacenan productos “altamente tóxicos”; falta de material adecuado; deficiencias en la esterilización; una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) sin tomas de agua para las máquinas de dialización; áreas de soporte vital sin enchufes, marcapasos sin batería; una UCI en la que hay una sola enfermera que no podría hacerse afrontar ella sola la crisis de un paciente, que tiene que aprender cómo funciona un instrumental viendo un vídeo en portugués o donde el teléfono no funciona y se ve obligada a usar su propio móvil; el “mejor hospital de Europa” en el que a Chus Rodríguez, una paciente de oncología hay que ponerle una inyección detrás de una columna, o una sábana sobre la cuña mientras orina, porque “no importa ni la dignidad ni la intimidad de los enfermos”, que esperan horas porque no llegan los análisis o falta su medicación; un centro que ofrece 10 dietas a los enfermos cuando en el hospital Xeral eran 60; que entre esas dietas no incluye aquellas ‘libres de gérmenes’, esenciales para enfermos de cáncer o en el que “hay que coger el agua en el mismo grifo del baño donde otra persona ha lavado la cuña de la orina”.
Este es el nuevo hospital de Vigo: no funcionan los timbres de algunas habitaciones y hay que pedirles a los familiares de los pacientes que avisen a las enfermeras a “viva voz”; ha tenido que ser retirado el sistema robótico de medicación por inoperativo; las enfermeras tardan una mañana en conseguir una bombona de oxígeno; en los almacenes hay escasez de guantes estériles y tubos; “no cumple los requisitos mínimos” para prestar una atención de calidad en el área de Obstetricia o los boxes de urgencia para embarazadas no tienen baño y las mujeres deben de ir al de las visitas.
El “mejor hospital de Europa” sólo dispone, en la actualidad- a menos de una semana de que se trasladen todas las unidades que faltan del Meixoeiro y el Xeral- de dos de los cuatros TAC previstos, uno de ellos en malas condiciones y el otro de bajas prestaciones, sin que haya empezado a instalarse el más avanzado-el de 128 cortes-. Ello supondrá que dentro de 9 días, cuando se acabe el traslado, no haya capacidad para atender a todos los pacientes, únicamente a los casos más graves de aquellos que estén hospitalizados y a los de Urgencias, lo que hará que se multiplique la espera de los pacientes ambulatorios que deban realizarse estas pruebas.
Por si todo ello no fuese suficiente, sigue sin instalarse-y no hay fecha para ello- el servicio de Resonancias Magnéticas- que se hacen en un camión en el exterior y que hacen del Álvaro Cunqueiro el único hospital de Galicia que carece de este servicio, y sólo 2 de las 12 salas de ecografía tienen espacio para meter una cama.
Esta situación, que en nada se parece a la que transmite el gerente del Área Sanitaria viguesa, el Félix Ruibal, es conocida, no solo por el personal sino por los Jefes de Servicio que, en varios casos, han firmado quejas y peticiones que o no han sido contestadas por doctor Ruibal quien, “curiosamente, es especialista en Medicina Preventiva”, o en alguna ocasión “han sido respondidas de malos modos y con enfado”.
Como han subrayado estos trabajadores, la única obsesión de los responsables sanitarios es que se cumpla el famoso ‘cronograma’ del traslado, “cuando han llegado pacientes a los que no podía atenderse porque faltaban hasta medicamentos lo único que importaba es que todos estuviesen en el Álvaro Cunqueiro en el tiempo previsto, el tiempo, no los enfermos o el personal, solo importaba si se había hecho en hora, para poder contárselo a la prensa”.