Si en el Mundial de Motos hubiese decencia y unos jueces imparciales, que pensasen de verdad en el deporte y no en las televisiones, este domingo Jorge Lorenzo sería campeón del mundo de Moto GP.
Ello sería así porque, aunque Lorenzo ha sido segundo en Sepang, tras Dani Pedrosa, Valentino Rossi debería ser descalificado.
El comportamiento del piloto italiano ha sido, además de repugnante, extremadamente peligroso puesto que ha puesto en un gravísimo peligro a Marc Márquez, con el que mantiene, desde que ha visto que se le escapa el título mundial, una pugna que el ‘dotore’ no ha podido ganar en la pista, sino que ha empezado con declaraciones incendiarias y ha acabado hoy con una clara acción antideportiva.
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En la sexta vuelta, Rossi ha esperado a Márquez, que empezaba a ganarle en la pista y desentendiéndose de la trazada de la curva, le ha esperado, se ha acercado a y ha soltado una patada que ha tirado al suelo al campeón del mundo de MotoGP en 2013 y 2014.
Rossi se encontró tras Márquez y entre ellos comenzó una batalla espectacular y sin cuartel con constantes adelantamientos y algún gesto del italiano con la mano al español como para que le siguiese, algo que no debió de sentar nada bien al piloto de Repsol Honda, que evidenció no querer perder una nueva batalla con el italiano, como ya sucedió en Argentina o en Holanda.
La situación llegó a su culmen la sexta vuelta cuando ,de manera descarada, el italiano esperó al español y, tras darle con la moto, le propinó una patada que acabó tirándolo al suelo. Márquez, sin un reposapiés de su moto, arrancó la misma para conseguir llegar hasta su taller mientras Dirección de Carrera, en una decisión incomprensible por lo claro de la situación en la que Rossi saca el pie y tira a Márquez y le debiera haber supuesto la bandera negra de eliminación para el italiano.
