Las deficiencias y la descoordinación en el Hospital Álvaro Cunqueiro “ponen en gravísimo peligro la vida y la salud de los enfermos”. Una paciente de Oncología es ejemplo de ello. Diagnosticada de esta enfermedad hace 6 meses, fue operada, finalmente, en el Xeral el pasado 21 de agosto. Tras la intervención, que le aseguraron que había salido bien, debía iniciar inmediatamente el tratamiento de quimioterapia.
Pasadas varias semanas, el médico que hacía seguimiento de su postoperatorio, durante una consulta quiso saber cómo había reaccionado a la quimio, se llevó una desagradable sorpresa: la paciente le comentó que no le habían dado cita para empezar el tratamiento, por lo cual, el doctor le tramitó, inmediatamente, una cita de urgencia con el especialista.
Una vez en el oncólogo, ya en el Álvaro Cunqueiro, este ordeno la realización de un TAC para poder determinar las dosis de quimio que debería prescribirle, sin embargo, el resultado del TAC puso de manifiesto que el cáncer se había extendido, lo cual hizo necesario cambiar el tratamiento inicial, “que pasó de ser preventivo, como me habían dicho al principio, a ser combativo”.
Este viernes pasado, día 23, tenía señalada las primeras sesiones de quimio pero, una vez en el hospital le informaron de que no podía someterse a ellas dado que debía repetirlas 48 horas más tarde, el domingo, “y el domingo el servicio de oncología no trabaja”.
En lugar de citarla para este lunes, 26 de octubre, el personal le informó de que no podrá ser ese día ni el siguiente, martes, “porque hay ya mucha gente y no queda hueco”, y la emplazaron ya para el miércoles, 28: más de dos meses desde la operación y casi 8 desde que le fue diagnosticada el cáncer.
La noticia de que la enfermedad, que creía localizada, se había extendido, el retraso en empezar el tratamiento y el siguiente aplazamiento del inicio del mismo, han causado a esta paciente desconfianza y, lo que es peor, un desánimo que le ha hecho cuestionarse si debe seguir con la terapia.