El nuevo gobierno portugués, que tomó posesión el pasado día 26, ha empezado a dar marcha atrás a las privatizaciones aprobadas en el anterior mandato por el ejecutivo presidido por el conservador Passos Coelho.
Los conservadores aprobaron en el mandato pasado la privatización del transporte público-bus y metro- en Oporto, otorgando su gestión a sendas empresas españolas y una francesa, una medida que la nueva mayoría, formada por socialistas, el Bloco de Esquerda, el Partido Comunista y Los Verdes, revocará en el Parlamento.
Además, el nuevo primer ministro, Antonio Costa, ya ha mandado al Legislativo las propuestas para descongelar las pensiones y aumentar el salario mínimo, de acuerdo con su programa de gobierno que incluye “un impulso de las medidas sociales”.