Buen partido en Balaídos en el que el Celta mereció más a la vista de su actuación durante la segunda mitad. Los compases iniciales de partido fueron equilibrados y nada tuvieron que ver con los disputados en el primer partido de esta serie de tres choques que les enfrentará en una semana. A pesar de jugarse a un ritmo más bajo, el juego se empezó a ver interrumpido de forma constante. Dos de estas acciones de amarilla las protagonizó Fazio, que fue expulsado en el minuto 25 dejando al Sevilla con diez.
Una de las mejores virtudes del cuadro sevillista esta temporada son las jugadas a balón parado. La altura y la capacidad para crear peligro en este tipo de acciones de los N’Zonzi, Rami, Llorente etc. se vio reflejada en un saque de esquina que tras un rechace, acabó rematando Carriço a la red. 0-1, en lo que suponía un golpe encima de la mesa del equipo visitante, que estaba jugando con un hombre menos.
Las persistentes incursiones de Bongonda por la banda izquierda fueron uno de los mayores peligros del Celta durante todo el partido. Su velocidad a la hora de encarar y su facilidad para encontrar a un compañero con sus centros precisos pusieron en más de un compromiso a la defensa del Sevilla.
El empate del Celta llegó de las botas de Beauvue: el delantero inauguró su cuenta personal en la Liga tras un pase desde el costado derecho de Wass, el jugador de Guadalupe llegó al primer palo para golpear de primeras, empatando el encuentro y dando alas a los celestes en la recta final del encuentro.
A partir del tanto, los hombres de Berizzo trataron de aprovechar su superioridad numérica y llegaron con mucho peligro, pero la zaga sevillista evitó que el resultado se moviese.