La venganza del Estado Islámico (IS) por la pérdida de Palmira sigue consumándose. Según algunas agencias, IS ha ejecutado a 175 trabajadores de una empresa cementera de las afueras de Damasco, una fábrica de Al Badia en la que habrían irrumpido a principios de semana y donde habrían secuestrado a unos 300 empleados.
Fuentes militares de Damasco dieron la voz de alarma sobre la posible masacre después de encontrar una fosa común con más de 40 cadáveres en Palmira. Este suceso se produce tras un ataque sorpresa sobre áreas gubernamentales de Dumeir con coches explosivos en el aeropuerto militar y la próxima estación energética de Tishrin y la toma de una parte importante de la zona, lo que ha producido nuevos desplazamientos de población.