No lo quieren en su partido, cruzan los dedos para que no consiga el número de delegados que se necesita para ser nominado a la presidencia, pero todo apunta a que Donald Trump será el candidato republicano. El empresario ha arrasado en las primarias en Nueva York, llevándose el 61% de los votos, frente al 25% del gobernador de Ohio, John Kasich, y el 15% del senador de Texas, Ted Cruz.
El multimillonario está a menos de 400 delegados de los 1.237 que se necesitan para ser matemáticamente nominado a candidato y aún quedan plazas en juego. El que está prácticamente eliminado de la carrera presidencial es Cruz, que tendría que recabar una cifra casi imposible de apoyos para continuar en la liza y arrebatar la candidatura a Trump.
Desde dentro del partido ya han asegurado que preferirían una guerra civil interna que a Trump como candidato. Por el momento, la única esperanza es que ningún candidato logre el número de delegados necesario para ser nominado a la presidencia y se tenga que recurrir a una segunda votación.
Se mediría a Clinton
Por su parte, Hillary Clinton parece que conseguirá ser la candidata del Partido Demócrata en la pelea por la presidencia de Estados Unidos. La exsecretaria de Estado ha vencido en las primarias de Nueva York con más del 58% de los apoyos y 244 delegados por encima de su rival más directo, el senador de Vermont Bernie Sanders.