Empezó con buen pie pero todo se torció en el tramo final de la primera mitad: penalti y expulsión de Cabral que determinarían el resto del partido. Al Celta se le escapó el partido en San Mamés (2-1) a pesar de haber sido muy superiores a su rival, de haberse adelantado en el minuto 13 en el marcador y de haber luchado hasta el final con todas las ganas.
Los de Berizzo arrancaron con mucha fuerza el partido. Ya en el primer minuto de encuentro pudieron adelantarse en el marcador tras una pared entre Iago Aspas y Nolito o dos minutos más tarde con un remate muy cerca de la escuadra de Orellana. Los célticos, muy solventes atrás y extremadamente rápidos en las contras, marcaron el primer tanto tras un pase de Marcelo Díaz a Orellana.
Pero a los 36 minutos de juego un riguroso penalti sobre Aduriz y una tarjeta amarilla a Cabral acabaron con el injusto empate del ariete desde los once metros y la expulsión de Cabral tres minutos después por una extraña jugada de nuevo con Aduriz. El Celta, que había superado con fútbol al cuadro local de manera escandalosa, se veía con un empate y diez jugadores aún en la primera mitad.
Tras el descanso, el Athletic fue poco a poco aprovechando su superioridad numérica. Raúl García lanzó a la madera desde fuera del área. El centrocampìsta marcó el segundo a los 27 minutos desde el suelo con fortuna. El Celta se fue arriba con decisión en busca al menos de un empate que no acabó de llegar.