Instagram ha estado de reformas para renovarse por fuera y por dentro. Por primera vez en sus cinco años de vida, esta red social de fotografía abandona su imagen retro para dar paso a un icono más sencillo, limpio y futurista en el que la cámara se convierte en un simple trazado en blanco sobre un fondo de colores cálidos.
Lo hace para que la estética del programa evoluciones con sus funciones, ya que pasó de ser un espacio para editar y compartir fotografías a una comunidad variada con más de 400 millones de usuarios activos al mes en todo el mundo, unos ocho millones en España.
Además, también cambia su interfaz, mucho más sencillo que hasta ahora para que lo que destaque por encima de todo sea el contenido. A partir de ahora será sencilla con predominancia del blanco para evitar elementos o colores que distraigan la atención del público.
Cada día a través de esta red social se comparten más de 80 millones de fotos y vídeos, más de 40.000 millones de fotos compartidas desde su creación hace un lustro.