Nació el 6 de julio de 1899 en Alabama y era una de las dos últimas personas vivas en el mundo nacidas en el siglo XIX. La persona más longeva del mundo, Susannah Mushatt Jones, fallecía este jueves en Nueva York con 116 años y 311 días de edad.
Hija de aparceros y nieta de esclavos, tras graduarse en secundaria se trasladó en 1922 a Nueva Jersey para luego ir a Nueva York, donde trabajó como empleada doméstica y cuidadora, como recoge el Libro Guinnes de los Récords. Jubilada desde 1965, aseguraba que el secreto de su longevidad estaba en dormir mucho y en que nunca había bebido ni fumado.
Su muerte sitúa ahora a otra mujer, Emma Morano-Martinuzzi, italiana nacida el 29 de noviembre de 1899, como la nueva persona más anciana del mundo, según el Grupo de Investigación de Gerontología.