Tramo final de la campaña dinamitada por la filtración de unas conversaciones del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, con el director de la Oficina Antifraude de Cataluña en 2014.
En ellas se recoge una supuesta conspiración contra partidos independentistas, ya que pide que se busquen datos comprometedores en las adjudicaciones del Ejecutivo tripartito catalán a Cespa, donde trabaja el hermano del líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para crear escándalos que desacreditaran al partido y a Convergència y que incluso pudieran emplearse como indicios de prevaricación.
Los líderes de los principales partidos políticos de la oposición ya han pedido la dimisión de Fernández Díaz. Mientras el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, habla de una “instrumentalización partidaria de las instituciones públicas”, el de Podemos, Pablo Iglesias, considera que se trata de “una de las cosas más graves que han sucedido en la historia de este país” porque “vemos a un ministro del Interior que se supone que tiene que protegernos a todos aparentemente utilizando su cargo para investigar a rivales políticos”.
Por su parte, Albert Rivera ha pedido a “los valientes del PP y PSOE que no están de acuerdo” con este tipo de políticas confíen en Ciudadanos para no convertir a España en otra Venezuela. Mientras, el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha asegurado que se trataba de una reunión “absolutamente normal” para abordar asuntos de la Oficina Antifraude.
