Según informa Expansión, el Banco Popular, tras realizar con éxito la ampliación de capital, estaría sopesando un recorte de plantilla de entre 2.500 y 3.000 trabajadores, siguiendo un plan que ha trazado su presidente: menos empleados y menos sucursales.
Este recorte de empleados de la entidad- en la que está integrada el Banco Pastor- entre el 16% y el 20% de toda la plantilla, implicaría reducir la misma a unas 13.000 personas, desde las algo más de 15.000 que trabajan en la entidad en la actualidad y, simultáneamente, se cerrarían o fusionarían algunas de las 2.000 sucursales que el banco tiene abiertas hoy en día.
El ‘ajuste’ de personal seria parecido al que se llevó a cabo hace algo más de cinco años, cuando el Popular absorbió al Banco Pastor, y la plantilla, en su conjunto, se redujo en un 17%- un 23,5% en el caso del número de empleados de las oficinas-.