Mismos fieles, pero en distintos horarios. La procesión del Cristo de la Victoria congregó este agosto menos fieles que la de hace un año en el acto central del día.
Sin embargo, fueron muchos los que desde primera hora de la noche de ayer o esta misma mañana, antes y después de la misa, hacían el recorrido con la vela en la mano para hacer su ofrenda al Cristo de la Victoria.
El cambio de horario se debió en gran parte al calor de la jornada, una ola de altas temperaturas que tuvo a los servicios sanitarios de Cruz Roja y 061 atendiendo incidencias a lo largo de toda la jornada. A las 21.30 horas los termómetros seguían marcando 34 grados en el centro de Vigo.
A pesar de todo, más de 100.000 fieles acompañaron a la talla por las calles de la ciudad. El recorrido, durante el cual la organización funcionó mejor que a la salida de la Concatedral, fue seguido por otros miles más que se agolpaban a ambos lados de las calles, especialmente en Cánovas del Castillo, la pasarela que une el Centro Comercial A Laxe y A Pedra, Colón y Urzáiz.
