Empezaron en 2003 a recuperar embarcaciones tradicionales de la ría de Vigo tras encontrar una dorna de tope, de las que “casi no hay ninguna”, durante el dragado del pantalán en la curva de San Gregorio, en Bouzas. Hoy, 13 años después, la Asociación Cultural Remadoira tiene una flota de 20 barcos restaurados que aumenta cada invierno, cuando hibernan las embarcaciones que tienen y comienzan un nuevo proyecto de recuperación.
Este sábado le tocó el turno de volver a navegar a ‘Celia’, una gamela coruxeira que llegó a ellos a través de un amigo que la tenía en casa y que quería deshacerse de ella. Fueron seis meses de trabajo para recuperar una embarcación que estaba “en un estado deplorable” y que hubo que rehacer casi desde cero, ya que sólo tenían la fasquia, la estructura, como asegura Enrique Bao, uno de los socios.
‘Celia’ se suma al tercio de la flota que permanece este verano en el mar, ya que sólo sacan aquellos barcos con los que se va a navegar para que las condiciones meteorológicas no los estropeen. Cada verano eligen diferentes barcos de los que es propietaria la asociación para que vuelvan a recorrer la ría.
La recuperación de un bote y un museo de embarcaciones
Con mucha temporada aún por delante, ya que no recogen los barcos hasta octubre, con la llegada de las lluvias, ya tienen en mente el próximo proyecto: la recuperación de un bote, un tipo de embarcación casi extinto. Este barco, con unos 70 años, comenzará a ser restaurado en diciembre o en enero “si la madera está en buenas condiciones”.
Los miembros de la asociación suelen visitar los puertos de la zona para ver si encuentran algún barco “interesante” y potencialmente restaurable. Intentan localizar al dueño y negociar con él una venta o una donación, aunque se han encontrado con casos en los que el propietario te dice que no, que “el barco se muere donde está”.
Pero desde la asociación tienen un proyecto más ambicioso: poder crear algún día un museo de embarcaciones tradicionales de la ría de Vigo, aunque para llevarlo a cabo “necesitamos una mayor implicación por parte de las Administraciones, porque nosotros no tenemos ese capital. Nuestra fuerza son los barcos”. Su idea, desde exponer las embarcaciones restauradas hasta una escuela taller, jornadas de puertas abiertas para ver cómo se recuperan las embarcaciones, llevar a la gente a navegar en ellas…
De momento necesitan una nave cerca del puerto donde ubicar las embarcaciones, ya que en este momento tienen alquilada una casa cerca del campus universitario que ya se les queda pequeña. En breve tendrán que construir un pequeño pendello detrás de la casa para llevar allí algunos barcos y dejar espacio dentro para la recuperación de nuevas embarcaciones.
‘Adopta’ una embarcación
No hace falta ser un experto para ayudar a recuperar este patrimonio cultural. Desde la asociación dan la opción a todo aquel interesado a que ‘adopte’ alguna de las embarcaciones restauradas y se comprometa a navegar con ella y hacerle el mantenimiento. También abre las cubiertas de sus embarcaciones para todo aquel que quiera aprender a navegar a vela y quiera hacerlo en una embarcación histórica.