La magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Ponteareas que investiga la muerte del Javier Fernández, exbatería de Los Piratas, ha dictado auto de procedimiento abreviado en el que confirma indicios de homicidio por imprudencia grave por parte del Guardia Civil que disparó y causó la muerte al músico el pasado 26 de agosto de 2015.
Una vez concluida la instrucción y dictado el auto, se abre el plazo para que ambas partes puedan aportar nuevas pruebas antes de la apertura de juicio oral o el sobreseimiento. Mientras la fiscalía ha pedido el sobreseimiento por entender que el agente actuó en defensa propia, las acusaciones piden 4 años de cárcel.
Los hechos ocurrieron después de que la Guardia Civil acudiera a casa del músico alertado por un supuesto delito de violencia de género. Según la versión de la Benemérita, al llegar al lugar, los agentes encontraron al fallecido en una actitud “muy violenta”, tanto que delante de los agentes agredió a la mujer y la obligó a entrar en la casa. Una vez dentro la mujer logró escapar, aunque dentro quedó el supuesto agresor y el bebé, por lo cual los agentes entraron para intentar convencer al hombre de que depusiese su actitud.
En lugar de hacerlo, según las mencionadas fuentes de la Guardia Civil, cogió al niño por los pies y amenazó con matarlo y, acto seguido, intentó apuñalar a uno de los agentes, por lo cual el otro agente, para evitar que pudiese hacerlo, hizo un “disparo intimidatorio” a una zona no vital del cuerpo del presunto agresor. Herido, fue trasladado al Hospital del Meixoeiro donde ingresó en estado estable aunque, a las pocas horas falleció.
Sin embargo, las versiones son contradictorias. La familia asegura que Fernández padecía un trastorno bipolar y que se advirtió a los agentes de ello, que ese día hubo tensión pero no agresión y que fue víctima de una mala práctica por parte de los agentes.