El fútbol europeo regresó a Balaídos por la puerta grande con un 2-0 en el marcador en un encuentro muy igualado ante un rival complicado como el histórico Panathinaikos. El Celta tiró de oficio para llevarse una victoria que puso en pie a la afición. En los compases finales del choque un gol de Guidetti y otro de Wass de falta directa dieron al celtismo un triunfo en Europa una década después.
El Celta fue de más a menos en el primer tiempo. Los celestes arrancaron el encuentro haciéndose con la posesión del balón, aplicando su juego combinativo y buscando la meta contraria. Los griegos, físicamente muy sólidos, mejoraron con el paso del crono y a punto estuvieron de adelantarse en una doble ocasión. Sergio Álvarez, con un par de extraordinarias intervenciones, evitó el gol heleno.
En la segunda parte el partido se equilibró, aunque las mejores ocasiones llegaron por parte del Panathinaikos. El árbitro anuló un gol a Berg por falta sobre Andreu Fontàs, Berizzo movió el banquillo y el equipo reaccionó. También Balaídos, que en la recta final de este histórico choque se vino arriba para empujar al equipo hacia la victoria.
En el minuto 84 la alegría invadió el estadio vigués. Un buen pase de Wass encontró a Guidetti solo en el área. El sueco no falló y con un remate de primeras puso el primer tanto celeste en el marcador. Casi sin tiempo para celebrar llegó el definitivo 2-0. Un extraordinario lanzamiento de falta de Wass perforó la portería helena e hizo levantar a la parroquia celeste, que despidió al equipo cantando ‘A Rianxeira’.
Europa regresó a Balaídos diez años después y lo hizo por todo lo alto, con una gran victoria y una nueva demostración de unión entre equipo y afición.