El RC Celta cerró el año en Balaídos con una contundente derrota (0-3) frente a un Sevilla que goleó a pesar de todos los esfuerzos célticos por levantar el partido.
Tras una primera parte de toma y daca, en la que ambos equipos tuvieron varias oportunidades, el Sevilla volvió del descanso renovado. Sampaoli cambió a Nico Pareja por Iborra y ahí arrancó el camino hacia la victoria de los sevillistas.
Recién entrado en el campo adelantó al Sevilla cabeceando un saque de esquina. El Celta no bajó los brazos: intensificó su trabajo en ataque en un partido que continuó siendo de tú a tú, hermoso para el espectador llano pero de infarto para el celtismo.
Mediado el segundo tiempo llegó una doble oportunidad para los de Berizzo, primero en las botas de Guidetti en un potentísimo disparo que despejó Rico y, en el rechace, remató Orellana. La defensa despejó el esférico. Empujados por Balaídos, los celestes se vinieron arriba e hilvanaron jugadas llenas de calidad en territorio andaluz. El gol se hacía de rogar.
Con el Celta volcado en ataque y ya mostrando síntomas de desgaste físico, el Sevilla mató el partido. Doblete de Iborra, el primero a la contra y el segundo, ya en el tiempo de descuento, desde el punto de penalti. Abultado resultado final para un Celta que mereció más.