El físico Stephen Hawking, el hombre que ha afirmado que la ciencia convierte a Dios en “innecesario”, pues “las leyes de la física pueden explicar el universo sin la necesidad de un creador”, quizás el científico más famoso del mundo, cumple este domingo 75 años.
Desafiando todos los pronósticos, Hawking, nacido el 8 de enero de 1942 en de Oxford, ha sobrevivido además a una destructiva enfermedad cuyos afectados suelen tener una expectativa de vida de entre dos y cinco años.
En 1963, a los 21 años, se le diagnosticó con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una dolencia degenerativa que le ha postrado en una silla de ruedas y le obliga a comunicarse mediante una computadora que maneja con los músculos faciales.
No se tienen detalles de cómo celebrará su aniversario, pero en el pasado ha dicho que, como siempre esperó “una muerte temprana”, para él la vida es un regalo y “el tiempo es muy valioso”.”Hay tanto que quiero hacer. Odio malgastarlo”, declaró.
No parece posible que venga hasta A Pedra, en Vigo, como hizo en octubre de 2014, aunque sí que comparta este simbólico cumpleaños con su primera familia, a la que volvió a acercarse después de divorciarse en 2006 de su segunda esposa y antigua enfermera Elaine Mason, por la que dejó a su primera mujer, Jane Wilde, en 1990.
La relación con Jane, con quien estuvo casado entre 1965 y 1995 y tiene tres hijos, Robert, Lucy y Timothy, y varios nietos, centra el argumento de la película de 2014 “The Theory of Everything”, protagonizada por Eddie Redmayne y Felicity Jones.
Doctor por la universidad de Cambridge, donde entre 1979 y 2009 ocupó la misma cátedra de matemáticas que fue de Isaac Newton, es conocido por sus rompedoras teorías, en particular la de la “radiación Hawking”, relativa a los agujeros negros.
Aunque no ha podido demostrarlo empíricamente, el mundo de la ciencia está en su mayoría convencido de que los agujeros negros efectivamente emiten esa radiación, que lentamente causa su evaporación.
Su teoría sobre la formación del universo, y el consiguiente inicio del tiempo, con el Big Bang hace 15.000 millones de años a partir de un evento “singular” que rompió las leyes de la física, le ha valido también multitud de seguidores, pero no así el Premio Nobel, que le elude por la falta de pruebas concluyentes.