La ciencia perdió a un médico, pero el cine ganó un mito. Tal día como hoy, hace 60 años el mundo del cine perdía a Humphrey Bogart. Si no le hubiesen echado de la Universidad de Yale nadie se habría acordado un 14 de enero del doctor Deforest Bogart, que es lo que su padre, un reputado cirujano, esperaba que fuese su hijo:médico.
Lo que para su padre debió de ser una tremenda decepción, para millones de espectadores en todo el mundo fue una suerte, eso y que una esquirla de metralla le partiese la boca en la I Guerra Mundial, dejándole una peculiar forma de hablar y esa mueca de cinismo sin la cual no habría sido posible que abriese el Rick’s.
Durante su extensa carrera participó en casi 75 películas, fue el protagonista del Halcón Maltés, La Reina de África, El sueño eterno, Cayo Largo, La senda tenebrosa, El motín del Caine, la Mano izquierda de Dios…y sobre todo Casablanca. Por si eso no fuese suficiente, en 1944 conoció a Lauren Bacall, con la que se casaría y que le acompañaría hasta su muerte, a causa de un cáncer de esófago, el 14 de enero de 1957.
Desde su primer éxito, ‘El último refugio’ (‘High Sierra’, Raoul Walsh, 1941), ‘El Halcón maltés’ (1941),pasando por ‘Casablanca’ (id, Michael Curtiz, 1942), ‘El tesoro de Sierra Madre’ (‘The Treasure of Sierra Madre’, John Huston, 1948), ‘El sueño eterno’ (1945), ‘Llamad a cualquier puerta’ (‘Knock on Any Door’, Nicholas Ray, 1949), ‘La reina de África’ (‘The Africa Queen’, John Huston, 1951), su único Oscar a mejor actor, ‘El motín del Caine’ (1954), ‘Sabrina’ (1954), ‘La mano izquierda de Dios’ (1955), hasta ‘Horas desesperadas’ (‘Desperate Hours’, William Wyler, 1955), las interpretaciones de Bogart son parte esencial de varias de las mejores películas de todos los tiempos y siguen siendo recordadas pasados 60 años desde su muerte.