Aquella ‘macrooperación’ que se desplegó en A Pedra en 2014, va ya para tres años, parece que solo tenía un objetivo: acabar con el tradicional mercado al que muchos vigueses y, sobre todo, turistas iban a comprar una ropa que todos sabían, que todos supimos siempre, que no era original.
Pasado este tiempo, aquella famosa ‘Operación Cuarzo’ y el hecho de que en los Estados Unidos se señalase a este mercado punto menos que como un centro mundial de contrabando, han caído en el ridículo, tanto que, de hecho, hace ya un año, 24 de los 65 comerciantes acusados vieron como el Juzgado de Instrucción número 3 de Vigo archivaba la causa contra ellos y empezaban a reabrirse los puestos.
Ahora, sabiendo que A Pedra está muerta, la jueza ha levantado la prohibición de venta de la mercancía que les fue bloqueada a los investigados que, en la mayoría de los casos, o bien se jubilaron ya o han tenido que recurrir a sus ahorros a la ayuda de sus familias para vivir.
Hoy, los puestos que han abierto en A Pedra, muy pocos, apenas salen adelante porque cada día hay menos clientes en un lugar que hace solo tres años, como uno de los puntos más conocidos de la ciudad, solía lleno de gente, sobre todo los días que llegaban cruceros, los fines de semana y los meses de verano.