110 personas han muerto de hambre en los últimos dos días en la región de Bay, en el suroeste de Somalia, zona azotada por la sequía, según ha declarado este sábado el primer ministro del país, Ali Khaire.
El pasado 28 de febrero el Gobierno somalí anunció el estado de desastre nacional por la sequía prolongada, que amenaza a millones de personas por todo el país. El presidente Mohamed Abdullahi Mohamed ha pedido ayuda a la comunidad internacional.
Según estima la ONU, 5 millones de personas en esta nación del Cuerno de África necesitan ayuda humanitaria, a la luz de las advertencias sobre la hambruna.
Miles de ciudadanos han estado llegando a la capital somalí, Mogadiscio, en busca de ayuda alimentaria. Según ha indicado la Red de Sistemas de Aviso Previo contra el Hambre de la ONU, cerca de 363.000 niños desnutridos en el país, entre ellos 71.000 de forma severa, “necesitan tratamiento urgente y apoyo nutricional”.
La petición humanitaria de la organización para el país africano en el 2017 es de 864 millones de dólares, necesarios para proporcionar asistencia a 3,9 millones de personas. El Programa Mundial de Alimentos ha pedido un plan adicional de 26 millones de dólares por la sequía.