La presa Hoover, en el río Colorado, es un destino turístico de primer orden para muchos amantes de la ingeniería. A menos de 50 kilómetros de Las Vegas, la presa también es el escenario de la ‘penúltima’ para los amantes de la juerga…y, precisamente, uno de ellos acaba de convertirse en la primera persona en cruzar el embalse sobre la presa.
Este galés llamado Arron Hughes, no es ni de lejos un atleta, sino que se trata de un turista que llevaba 37 horas de fiesta en Las Vegas. Hughes acabó en la presa, ¿cómo no? y decidió zambullirse en el lago Mead que la corona y que tiene 379 metros de anchura en ese punto. ‘Estábamos todos allí y me dije: ¡Que le jodan. Voy a nadar!’ ha declarado el a la BBC.
La travesía es cualquier cosa menos segura. Los sumideros de la presa arrastran a cualquiera que pretenda nadar cerca. De hecho, solo en los últimos diez años han muerto 275 personas en diferentes accidentes por caer al agua o tratar de bañarse en el embalse. Tras media hora dando brazadas entre los vítores de sus acompañantes, el galés logró llegar al otro lado del embalse, donde le esperaban dos agentes de la policía de Nevada con unas esposas.
Arron ya está libre…después de pagar una multa de 330 dólares por lanzarse desde la presa y nadar en el embalse, algo que está expresamente prohibido.
Aunque ha logrado establecer un hito su hazaña tiene truco: en el momento en el que decidió echarse al agua, nueve de las 10 turbinas de la presa estaban apagadas, por lo que la corriente en la superficie del lago Mead era mucho más suave. Si hubiera habido alguna más encendida, probablemente habría sido la víctima 276. “No me arrepiento. Hasta tengo un tatuaje que dice No me arrepiento. Así soy yo” ha comentado Hughes, declaró a The Indepent.