Aunque en su día había afirmado que el Celta se iba de la ciudad y hasta llegó a ver terrenos para hacer un campo por su cuenta en otro concello, finalmente, el presidente del club ha dado marcha atrás y ha aceptado que el Celta y Vigo son inseparables.
Este viernes, en un acto en el Hotel Pazo de los Escudos al que han asistido 250 personas en representación de distintas instituciones, del deporte, la economía, la sociedad y la cultura, Carlos Mouriño, en lo que definió como “el día más importante en los 94 años de historia del club”, se felicitó porque Vigo, “por medio de su alcalde” y la Xunta, “por medio del presidente”, deciden colaborar en dos proyectos imprescindibles para que el Celta.
El alcalde, que subrayó la importancia que tiene para el Celta disponer de un estadio que esté a la “altura de los grandes campos del mundo” pidió, en relación con las obras de Balaídos, que no se juzguen hasta que estén acabadas y enfatizó que la Diputación de Pontevedra y el Concello de Vigo invertirán en total 40 millones en este proyecto.
Abel Caballero, en referencia a la Xunta, aunque sin mencionar al Gobierno, añadió que “si alguna otra institución se sumara y optara por cooperar, mejor sería”, recalcó el primer edil de la ciudad.
Por su parte, el presidente Feijóo descartó completamente que el Ejecutivo gallego contribuya económicamente a las obras de Balaídos y lo hizo recordando que la Xunta ya invierte en una decena de campos de la ciudad, en la reforma del Xeral para su transformación en la Ciudad de la Justicia, la depuradora o el hospital Álvaro Cunqueiro.