Este no es el Celta de los últimos encuentros…recuerda al de hace meses que no resolvía los encuentros pese a ser capaz de hacerse con ellos y darle la vuelta a marcadores que se habían puesto en su contra.
Esa podría ser la crónica de lo que ha pasado esta tarde en Balaídos frente al Espanyol: los celestes hicieron un esfuerzo hercúleo para remontar un gol en contra, el que los catalanes marcaron al inicio del encuentro…y acabaron dejándose dos puntos a apenas cinco minutos del final.
Maxi Gómez marcó dos veces: el empate antes de que se acabase el primer tiempo y, cuando apenas quedaban 10 minutos del choque, puso al equipo por delante firmando la remontada, desatando la alegría entre la afición y haciéndonos pensar a todos que la victoria se quedaba en casa tras un partido muy trabajado.
Pero no fue así: cuando sólo había que defender lo conseguido volvieron los viejos fallos que los de Quique Sánchez Flores no perdonaron, marcando un 2-2 que no refleja, en absoluto, lo que pasó en el campo y que para los catalanes es como un triunfo.
Al contrario, para el Celta esos dos puntos que se van traen días en los que ya no serán posibles más errores, puesto que el Sevilla y Eibar toman distancia en los puestos que llevan a Europa, un lugar al que todos queremos volver.