El 9 de mayo de 1998. Gregorio Cano fue arrestado en 1998. Tenía 27 años y había cometido 17 violaciones, aunque él mismo llegó a reconocer que había intentado abusar sexualmente de, al menos, 40 mujeres.
Fue condenado a 167 años de prisión, estando en la cárcel pidió la castración química y advirtió a sus conocidos que si salía a la calle volvería a cometer los mismos delitos. Este sujeto saldrá en libertad este jueves habiendo cumplido sólo 20 de condena y no está rehabilitado.
Eso es lo que dicen los informes penitenciarios y aunque contará con vigilancia constante de los Mossos d’Esquadra, Cano sale de prisión sólo tres días después de que un violador sin rehabilitar haya asesinado a una niña menor de edad en Francia.
El modo de operar de este criminal era siempre el mismo: mujeres jóvenes, que caminasen solas por zonas más despobladas de los suburbios: cuando localizaba a una chica sola, la asaltaba a punta de navaja y la obligaba a practicarle una felación.
Este violador fue ampliando su radio de acción y empezó a cometer violaciones a partir de las 9 de la noche, entre semana y en otras zonas de Barcelona y además de en descampados asaltaba a sus víctimas en portales de toda la ciudad, llegando a consumar 17 violaciones.