El Tribunal Supremo ha confirmado hoy la pena de 4 años y medio de prisión impuesta por la Audiencia Nacionalal ex vicepresidente del Gobierno de Aznar, ex gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, por apropiación indebida continuada en el caso de las tarjetas “black” de la entidad, con la que desembolsó 99.000€.
El Supremo establece en una sentencia contundente que el ex dirigente del PP “mantuvo y amplió un sistema pervertido desde su origen” y que “al considerar insuficiente los límites de gastos que permitían las tarjetas, facultó a sus titulares a utilizarlas en su beneficio sin necesidad de justificar que se habían empleado en gastos indemnizables, lo cual, en aquella época estaba fuera de la ley”.
El alto tribunal subraya que los condenados por el uso de estas tarjetas actuaron como si fueran “dueños del dinero”, invirtiendo los importes que consideraron oportunos en desembolsos que ellos mismos decidieron y, por ello, perjudicaron el patrimonio de la entidad.
Con respecto a Rodrigo Rato, la sentencia señala que dadas sus responsabilidades, experiencia y preparación para el cargo, no podía ignorar el funcionamiento opaco de las tarjetas, pese a lo cual “mantuvo el sistema e incluso lo amplió a otras personas”; primero, a su favor, y, ya en Bankia, de sus más estrechos colaboradores.
En cuanto a la proporcionalidad de la pena, el Supremo defiende que es adecuada, ya que Rato “se lucró indebidamente y permitió el lucro de los demás”, durante un “apreciable periodo de tiempo y por cantidades importantes”.
El ex vicepresidente no ingresará automáticamente en prisión, ya que el Tribunal Supremo debe remitir ahora la orden de ejecución de sentencia, tras lo cual el ex director gerente del FMI dispondrá de un plazo de entre 5 y 10 días para entrar voluntariamente en la cárcel.