Si seguimos en la situación actual, en algo más de siglo y medio los gallegos nos habremos extinguido.
Desde que se tienen registros nunca el número de nacimientos había sido tan bajo en Galicia. En 2018 nacieron sólo 16.550 personas, de acuerdo con los datos difundidos este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que sigue aumentando el número de muertes, 32.404 el año pasado.
Esta circunstancia supone que Galicia no sólo presenta el peor saldo vegetativo de todo el Estado: 15.854 muertes más que nacimientos, sino que agrava aún más la situación de descenso de población que arrastramos desde hace más de 30 años.
Por provincias, donde más personas nacieron en 2018 fue en A Coruña, 7.129, por delante de Pontevedra -5.977-, Lugo-1.858- y Ourense, sólo 1.486-.
Al mismo tiempo aumenta la esperanza de vida: gracias a la longevidad de las gallegas, quienes nacieron el año pasado vivirán, de media, 83,1 años. La esperanza de vida de las mujeres sube hasta los 85,99 años, mientras que la de los hombres desciende a los 80,13.