Greenpeace denuncia que la falta de protección en las aguas internacionales provoca la muerte de alrededor de 100 millones de tiburones cada año, de los que de miles se encuentran en peligro de extinción.
El buque de la ONG ‘Esperanza’, que se encuentra estos días en el Atlántico Norte, fue testigo de una “práctica habitual: barcos de pesca cuyo objetivo es la captura de pez espada, pero que, al hacerlo, atrapan cuatro veces más cantidad de tiburones en peso”.
Durante la protesta, “la tripulación de Greenpeace no observó que se capturara ni un solo pez espada y advirtió, en cambio, la extracción de al menos ocho tiburones de la línea de pesca de casi 64 kilómetros de largo”.
La ONG califica de “absolutamente inmoral matar a tiburones y a otros animales salvajes con estas terribles prácticas de pesca. Hoy estamos visibilizando a los culpables, pero necesitamos urgentemente un sólido Tratado Global de los Océanos que permita establecer límites de pesca más estrictos para proteger nuestros océanos”, ha declarado Will McCallum, de la campaña de Protección de los Océanos de Greenpeace.
El informe ‘Tiburones bajo ataque’, destaca el “impacto devastador” que la sobrepesca está teniendo en las poblaciones de tiburón marrajo, el más rápido del mundo, estrechamente ligado al tiburón blanco. El estudio señala que los “barcos españoles y portugueses en el Atlántico Norte están capturando hasta 25.000 tiburones marrajo al año”.
Greenpeace asegura que sus estudios demuestran que si se detuvieran inmediatamente todas las capturas de marrajo común, tan solo se podría recuperar el 50% de su población para 2040. “Los datos de captura más recientes son de 3.112 toneladas en 2017, lo que equivale a 25.000 tiburones en peligro de extinción”.
Los barcos de pesca que siguen las rutas migratorias de pez espada utilizan métodos destructivos como líneas de palangre kilométricas con miles de anzuelos, que a menudo capturan tiburones y otros animales.
El principal reclamo para pescar tiburones son sus aletas, que en algunas culturas se aprecian como un manjar. La Unión Europea prohíbe a los barcos europeos en todo el mundo y a los que faenan en aguas comunitarias la cercenación de aletas de tiburones vivos y la posterior devolución de los cuerpos al mar.
Según el informe, la flota pesquera española es responsable de la captura de la mayor parte de tiburones en la Unión Europea. Un dato: de las 58.476 descargas de tiburones realizadas por barcos españoles entre 2013 y 2014, solo se realizaron 235 inspecciones (menos de un 0,5%), “lo que evidencia la escasa vigilancia en el mar y la ausencia de una sólida gobernanza internacional”.
Una investigación de 2014 sobre el estado de 1.041 especies de tiburones, rayas y quimeras estimaba que un 25% están amenazadas por la sobrepesca, tanto por su captura directa o accidental.