El pasado día 27 del mes de junio se recibió llamada en el 092 avisando del estado lamentable en el que se encontraban dos perros en la zona del Chouzo.
Según indicaba la persona que llamaba, los dos perros estaban en condiciones deplorables, una casa, uno en el interior de la vivienda y otro en un pequeño patio exterior, “ambos lugares llenos a rebosar de excrementos de los propios animales”.
La misma persona informó además que al dueño de los perros no se le veía todos los días por el lugar y que eran los propios vecinos los que se encargaban de alimentar al perro del exterior ya que al del interior no tenían acceso alguno.
Al lugar se desplazaron agentes de la Policía Local, “no localizando a ninguna persona en la vivienda, observando que la situación era la descrita por el ciudadano, si bien los perros no tenían, a priori aspecto de pasar hambre”.
Se realizaron gestiones para localizar al propietario del inmueble averiguando que el titular había fallecido hacía unos años, quedando todo en manos de su ex-esposa J. C. A, domiciliada en la zona del extrarradio, a la que finalmente localizaron. Esta informó a los actuantes que la persona que residía allí era un ‘okupa’ al que ya habían denunciado en el juzgado,
Los agentes acudieron nuevamente al lugar a primero hora del pasado lunes, aunque no localizaron al dueño de los animales que estaban en “condiciones todavía peores que las de la semana anterior, ya que el montón de excrementos había aumentado”.
En vista de ello, se requirió al lacero municipal y, tras retirar un panel de madera que tapaba un hueco existente en la reja del patio, los policías evacuaron al perro del exterior, dejando una nota en el lugar para que el dueño – caso de aparecer – se pusiese en contacto con la Policía Local.
Seguidamente realizaron un detallado informe al Juzgado de Guardia para, mediante Oficio solicitar una orden de entrada en la vivienda con el fin de rescatar al segundo de los animales de su insalubre encierro.
Informado el Juzgado de Instrucción n.º 2 permitió la entrada en el domicilio, para lo cual los agentes acudieron, además de con el lacero, con una dotación de Bomberos.
Tras realizar varias llamadas a la puerta de acceso, y al ver que nadie abría, los Bomberos utilizaron un mecanismo de apertura forzosa y, justo en ese momento abrió el dueño de los perros, C. A. M. M, de 39 años de edad.
El citado no se opuso a que los Agentes inspeccionasen la vivienda en la búsqueda de cualquier otro animal, aunque sólo encontraron a la perra rescatada, que “presentaba pérdida de pelo en el lomo y también en el cuello, probablemente por estar permanentemente sujeto con collar, posiblemente debido al estado insalubre en el que vivía”.