Si hay un grupo de ciudadanos que conoce muy bien lo que es el aislamiento en casa y la responsabilidad frente a los contagios, estas son sin duda las personas que tienen un trasplante de órganos funcionante. Debido a esta opción terapéutica, de la cual España es líder mundial desde hace más de 28 años, estas personas viven con un sistema inmunitario bajo mínimos para evitar que su cuerpo rechace el órgano trasplantado.
Por esta razón, sobre todo en los primeros momentos del trasplante, las personas que reciben un órgano deben pasar largos periodos de tiempo en casa para evitar infecciones, mientras se ajusta la medicación y así evitar también el rechazo del órgano trasplantado.
Como apunta Emilio Bautista, presidente de la Federación Española de Trasplantados de Corazón “esta situación creada con el Covid-19 no es nueva para mí, ya he tenido en 3 ocasiones largos periodos en los que no podía salir de casa y esto no es una novedad, sé cómo adaptarme y esperar a que la situación mejore”.
Por su especial vulnerabilidad después del trasplante, las personas con un injerto funcionante están acostumbradas a llevar medidas estrictas de higiene y de protección frente a posibles infecciones, “para mí el uso de mascarillas y el lavado contante de manos es algo cotidiano, que he vivido desde pequeña y me hace gracia porque ahora no somos los únicos que vamos con mascarilla en el transporte público o a los hospitales”, indica Blanca Ruiz, presidenta de la Federación Española de Fibrosis Quística (FEFQ) y trasplantada pulmonar.
La responsabilidad frente a los contagios y que esto afecte a su órgano recién trasplantado es algo con lo que viven estas personas, a quienes la crisis creada con esta epidemia mundial ha puesto en especial alerta desde hace ya tiempo: “Ya hace tiempo me advirtieron que redujera los viajes a Madrid” indica Eva Pérez, presidenta de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH). “Por mi responsabilidad tengo que viajar con mucha frecuencia y especialmente a Madrid, donde tenemos nuestra sede, y varios especialistas ya me advirtieron del serio riesgo que corríamos las personas trasplantadas con la nueva epidemia que venía de China”.
La nueva situación también crea incertidumbres al trasplante en las personas que esperan un órgano. “Después de más de 20 años en tratamiento de hemodiálisis, no va a pasar nada por esperar unos meses a que mejore la situación”, indica Daniel Gallego, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones ALCER (Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades Renales), quien se alegra “de estar dializándome en casa en esta situación, pero comparto la incertidumbre y angustia que tienen mis compañeros y amigos que tienen que ir cada 2 días sí o sí al tratamiento de hemodiálisis en hospitales o centros sanitarios”
La relación de las personas trasplantadas con sus médicos especialistas suele ser muy estrecha y, en muchos casos, ya llevan tiempo realizando consultas por medios no presenciales. Como indica el Dr. Lluis Castells Fusté, de la unidad de Hepatología, Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Vall d’Hebron, “estos pacientes tienen que extremar las recomendaciones de higiene para prevenir el contagio”. Este especialista ha trabajado con otras infecciones, como la del VHC, que hoy en día tienen unos exitosos tratamientos que permiten su eliminación “y consideremos como válidos a donantes con esta infección, que pueden aumentar la disponibilidad de órganos para trasplante”.
España líder mundial
Precisamente el trabajo de estos profesionales y la búsqueda constante de fuentes de órganos para trasplante ha hecho que España siga siendo líder mundial de esta terapéutica a pesar el descenso de órganos procedentes de donantes jóvenes (fundamentalmente provenientes de accidentes de tráfico).
Durante 2019 el total de trasplantes y donaciones aumentó, alcanzando las cifras de 2.302 donantes y 5.449 órganos trasplantados. España lleva siendo líder mundial en donación durante 28 años consecutivos y ya supera los 116 trasplantes por millón de población, una cifra de especial relevancia que demuestra el elevado índice de trasplantes que existen en nuestro país.
Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), asegura que toda la red de donación y trasplantes está “trabajando intensamente para limitar los efectos de la pandemia en la actividad trasplantadora y para garantizar la seguridad de todos los procesos, tanto para receptores, como para profesionales sanitarios”.