Una voluntaria de la asociación Proxecto Gato, tuvo que ser atendida de urgencia tras sufrir una brutal agresión el jueves pasado en Vigo.
Esta joven fue abordada por una docena de personas, hombres y mujeres, todos ellas adultas, cuando intentaba rescatar a una camada de gatos que había sido separada de su madre por sus agresores.
El salvaje ataque se produjo pasadas las 11 de la noche, en la zona de San Roque. Los agresores la sorprendieron cuando trataba de llegar a las crías y comenzaron a darle puñetazos, patadas, cuando estaba en el suelo, por el que la arrastraron agarrándola del pelo.
El atentado duró varios minutos antes de que vecinos de la zona alertasen a la Policía Nacional.
Una costilla rota y partes de la cabeza con cabello arrancado
Los golpes le produjeron contusiones en distintas partes del cuerpo, la “fractura del arco anterior de la novena costilla derecha”, además de erosiones en el cuero cabelludo y pérdida de pelo en varias partes de la cabeza, consecuencia de la fuerza de los tirones mientras la arrastraban, tal como figura en el parte de Urgencias.
Amenazas, insultos y escupitajos
Esta misma joven, señalan miembros de Proxecto Gato, ya había sido intimidada antes por este mismo grupo de personas. Otras veces que iba a dar de comer a los gatos aguantaba insultos, escupitajos y amenazas: hechos que se produjeron durante semanas anteriores a la agresión.
Numerosos testigos
La voluntaria permanece en su casa y ha sido una integrante de la directiva de esta asociación quien ha explicado que la paliza ha sido denunciada. Ahora esperan que la Policía localice a los culpables que podrán ser identificados “fácilmente”, puesto que “muchas personas” fueron testigos de la agresión.
Dar de comer a los gatos es totalmente legal
Y así lo indica la Ley de Protección Animal de la Xunta de Galicia, tal y como subrayan responsables de Proxecto Gato. El mantenimiento y cuidado de las colonias de felinos, que esta asociación realiza voluntariamente, está contemplada en dicha ley. “Son los concellos los que tienen que hacerse cargo de su alimentación y de su control sanitario y demográfico”, insisten.
“Ya estamos cansados de sufrir acosos, maltrato e insultos de personas que no entienden que la actividad que realizamos está permitida y que estos animales merecen respeto”.