La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) confirmó la condena de 32 años y medio de cárcel, impuesta por la Audiencia de Pontevedra, a un salesiano de un colegio de Vigo que abusó de 6 menores.
Según la sentencia de la Audiencia, el modo de actuar de este delincuente era siempre el mismo: se acercaba a los niños cuando dormían y les tocaba por encima o por dentro del pijama. Para evitarlo, los menores cerraban sus sacos de dormir o incluso se ponían una almohada entre las piernas.
Campamento en Cambados y peregrinación a Santiago
Como informó en su día vigoalminuto, los hechos sucedieron en un campamento que tuvo lugar en Cambados y en una peregrinación a Santiago de Compostela, así como, respecto a uno de los menores, durante la visualización de la final de la Champions League en una asociación juvenil de la que el colegio estaba a cargo.
Siete delitos de abuso sexual
La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, cuya sentencia ratifica el TSXG, consideró acreditado que el investigado cometió siete delitos de abuso sexual, tres de ellos continuados.
Para ello, aprovechó «la situación de superioridad derivada de su profesión», de la confianza que los menores habían depositado en él y de la relación de amistad que les unía, «que iba más allá de la de profesor-alumno», para realizarles tocamientos.
La determinación de la autoría del sospechoso fue consecuencia, fundamentalmente, del testimonio de las víctimas de los abusos, quienes declararon que se quedaron «en shock» cuando les ocurrió, sin ser capaces de reaccionar porque no podían creer que el sospechoso pudiera hacerles algo así.
Satisfacer su deseo sexual en horas nocturnas
«Todas estas circunstancias no sólo las conocía el encausado, sino que, además, las aprovechó para conseguir satisfacer su deseo sexual, actuando, además, en las horas nocturnas, cuando el estado de alerta disminuye y el nivel de conciencia decrece«, apuntaban los jueces de la Audiencia Provincial.
Consideran, como ahora lo hace el TSXG, que a los abusos se suma «la existencia de una situación de superioridad derivada de esa relación de amistad y de ascendencia que el acusado construye en torno a todos y cada uno de los menores, lo que le permitió vencer cualquier posible resistencia de las víctimas».