Se alivia la situación pero sigue la prealerta por escasez de agua
El miércoles pasado, 19 de octubre, la ocupación de los embalses de la demarcación Galicia-Costa, era del 53,7%, un 15% inferior al promedio de los últimos 10 años. No obstante, las lluvias de estos días permitieron “estabilizar los niveles” y, en algún caso, una “ligera mejoría” desde el fin de semana pasado.
Así lo constataron los especialistas de la Oficina Técnica da Seca en una reunión celebrada este jueves, en la que
constataron que los embalses de Zamáns y Baíña, “bajo un especial seguimiento”, registraron una “estabilización“, aunque siguen en niveles de ocupación bajos para esta época. Ambos están un 22% por debajo de los últimos años.
El embalse de Cecere se encuentra al 38% de ocupación- un 22% menos que los últimos dos año- mientras que en Eiras la lluvia ha supuesto un “cambio importante”, permitiendo practicamente que se acerque a la “cota de resguardo contra avenidas”.
Tras el análisis de estos indicadores, la Oficina Técnica da Seca acordó mantener las medidas equivalentes a un escenario de escasez de agua para los subsistemas de Baiona e de Zamáns, que abastecen a Nigrán, Baiona y parte de Vigo.
Se mantiene la ‘prealerta’ por escasez de agua
La Oficina, también mantiene la ‘prealerta’ por escasez de agua en las cuencas de los sistemas del río Verdugo; de la Ría de Vigo y la de Baiona; costa de Pontevedra; río Lérez y Ría de Pontevedra; río Tambre y las Rías de Muros y Noia; en el Rió Grande y la Ría de Camariña; costa de A Coruña, hasta el límite de Arteixo; en el río Anllóns y en el Mero.
La lluvia seguirá
Los especialistas constataron que el índice de precipitaciones en Galicia durante la primera quincena de octubre fue “escaso”, sin embargo esta situación cambio el sábado pasado con la llegada de una borrasca muy activa, que durará toda la semana.
Importantes aportes de agua
De esta manera, de acuerdo con todas las predicciones, se abre el camino a nuevas borrascas las próximas semanas, por lo que las previsiones hacen esperar “importantes cantiddes de agua”. Estas previsiones, y la espera de que noviembre pueda ser un ‘mes normal’ en cuanto a precipitaciones, supondrá un cambio de tendencia que “permitirá revertir la situación”.
